Por lo general al meternos a la regadera preferimos ducharnos con agua
tibia o en muchas ocasiones caliente, evitando por completo el mover la
llave hacia la temperatura fría. Sin embargo el disminuir la temperatura
del agua caliente a fría mientras nos bañamos, algo conocido como ducha
escocesa y para algunos otros “ducha de James Bond”, puede traer varios
beneficios a nuestro cuerpo y piel.
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