Efecto Verplanck, un experimento con el cerebro de tu profesor
Imaginemos por un momento que todos los alumnos de una clase se pusieran
de acuerdo para realizar un experimento y condicionar la conducta del
profesor que les habla. Las instrucciones son las siguientes: cuando el
profesor camina hacia un lado del estrado, los alumnos le sonríen y le
miran con atención; cuando se mueve hacia el otro lado, la mayoría
frunce el ceño y ponen cara de no tener interés. En la prueba ideal, los alumnos cambian la expresión de manera gradual,
sin que se noten cambios bruscos, y el resultado es que, al final de la
clase, el profesor se habrá situado sin darse cuenta en el extremo de
la clase donde todos le ponen un gesto agradable.
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